miércoles, 29 de mayo de 2013

La talla en el mármol más puro.

Aquel a quien parte de su familia y amigos relegaron,
Es un león feroz. Rey de tormentas. Con sus garras
Protege a los pocos que a su lado quedaron.
Para bien o para mal, sus cicatrices son su bitácora.
Tallas que quedaron en el mármol más puro.

Su corazón es tan grande como su tragedia.
Alguna vez quise encontrar el porqué:
No pertenece a estos tiempos.
Quizás su lugar está en los textos de Homero.

Lo que digo, aquí, en este fragmento, no lo invento.
Está tallado en el mármol más puro.

Éste león, de corazón humano, tiene su causa. No indagaré sobre ella.

Me senté con él, seis noches, a la luz del fuego,
en un juicio lunar. Porque a la luz del fuego
los corazones se reducen a lo que son.
Logré, por un momento, lo que pocos han logrado,
Faltos de entendimiento y comprensión: enquistarme en su corazón.

En medio del fuego, el brillo de sus ojos
era el mismo que el de su corazón
me sentía, entre lapsus, en su cuerpo, tras su melena, en sus cicatrices. Sentía que la llama del fuego era su corazón que,
con la leña, se agigantaba trastocando mi corporeidad.

Lo que digo aquí en este fragmento no lo invento, está tallado en el mármol más puro.

Sebastián Beltrán Ospino

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